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La perspectiva del desarrollo sustentable
y su campo de acción en el Sistema Nacional
de Institutos Tecnológicos (SNIT)

El presente trabajo responde a una necesidad que, en la visión de la dirección del CIIDET está contemplada aunque encuentre ánimos reticentes en las demás esferas directivas del mismo, cuando no, simplemente, de desinterés. Por tanto, es necesario iniciar un trabajo de profundidad conceptual de los planteamientos que brinda el desarrollo sustentable como una forma de racionalidad, de tal manera que se convierta en un área de interés y trabajo académico por parte de los profesores del CIIDET ante la evidente renovación que en sus esquemas de trabajo requiere y, que de manera concreta se reflejan en el programa de desarrollo del propio centro (Programa de Innovación y Calidad 2001-2006) para poder ser comprendido en la dimensión y multiplicidad de aristas que representa su campo de influencia.

Manuel Ernesto Hernández Orta

Coordinador de la Maestría en Ciencias de la Educación del
Centro Interdisciplinario de Investigación
y Docencia en Educación Técnica (CIIDET)

Objetivo: Se quiere analizar la necesidad de incorporar los temas de sustentabilidad en la estructura curricular del SNIT, agregarlo como un área temática sustancial dentro de los proyectos del Centro Interdisciplinario de Investigación en Docencia y Educación Técnica (CIIDET) en el marco del nuevo modelo educativo, con el fin de seguir alimentando la capacidad de respuesta institucional a la demanda de los diversos sectores económicos con los que se tiene contacto; entendiendo el concepto de sustentabilidad a partir del análisis de algunas de sus categorías principales.

Hipótesis: Existe una ausencia notoria de los temas de sustentabilidad, es decir, del desarrollo sostenible o sustentable, en los planes de estudio del SNIT, de tal forma que los estudiantes y profesores se ven limitados en el campo de esta esfera de conocimiento, limitando con ello también los elementos de su formación en comparación con otras instituciones de educación superior.

Marco referencial epistemológico: En los grandes temas de la actualidad, se centran en la reflexión los elementos que conllevan el ejercicio de cuestionamiento y reconceptualización constante de las consecuencias del modelo de industrialización que se ha generado en las sociedades actuales. El modelo de desarrollo incorporado en las sociedades industrializadas y en las que se consideran en vías de desarrollo, se debate en temas como el uso adecuado de la energía, de los recursos naturales y, desde luego, al fomento de una cultura donde converjan armoniosamente la industria y la naturaleza, lo que nos lleva, dentro del marco de análisis de las ciencias sociales que es donde se ubica este trabajo, a un planteamiento de la sociología comprensiva y el pensamiento complejo trasdisciplinario, donde las categorías de racionalidad, sociedad civil, sociedad política, el Estado, la teoría del desarrollo, adquieren una centralidad cualitativa.

“La sustentabilidad del crecimiento económico no pasa tan sólo por la determinación de normas ecológicas que debieran ser respetadas por el sistema económico y la adopción de los principios de interdependencia y coevolución entre los procesos culturales, ecológicos y tecnológicos para lograr un uso más racional de los recursos naturales..[donde} Las condiciones ecológicas y comunales de la producción aparecen como el soporte de una nueva racionalidad productiva, donde se entretejen de manera sinergética procesos de orden natural tecnológico y social para generar un potencial ecotecnológico que ha quedado oculto por el orden económico dominante.”

Enrique Leff

Introducción

l tema de la interdisciplinariedad y la transdiciplinariedad ha venido cobrando una importancia estructural en varias áreas del conocimiento. Desde el concepto de racionalidad ambiental propuesto por Enrique Leff (1994), así como las implicaciones del desarrollo de la temática de “abrir” las ciencias sociales que hace Wallerstein (1997), la actual postura de que la problemática ambiental no sólo es nacional sino que involucra el trabajo de varias reuniones de orden mundial, con sus respectivos acuerdos, lo que hace necesario incorporar el ejercicio académico más complejo y abarcador dentro del marco referencial de la ecología, el capital y el planteamiento medio ambientalista como política pública y compromiso de la educación superior.

La crisis del pensamiento clásico positivista se hace evidente día a día y en México, ante el cambio del paradigma científico general que requiere la aportación del campo de análisis e información que aportan las ciencias sociales al de las ingenierías y administración, teniendo como vínculo el ámbito de la educación para tener la viabilidad de crear proyectos de trabajo conjunto permite la construcción de nuevas formas en la enseñanza y solución de los problemas de orden social y productivo.

Estamos proponiendo con este trabajo, dar inicio al tema de la interdisciplinariedad dentro del SNIT, retomando la experiencia de los trabajos realizados en la “Reunión Nacional de Evaluación Curricular de la Carrera de Ingeniería Industrial”, celebrada en Celaya, Gto., donde se externó la necesidad de incorporar una dimensión más vasta del conocimiento, que incluyen las áreas de ciencias sociales y humanidades.

a) Un primer acercamiento
al tema de la sustentabilidad

Es importante destacar que si bien el tema nace en los 70, es a partir de la década de los 80 del siglo anterior que ha adquirido importancia dentro del discurso de la teoría del desarrollo el concepto de “sustentabilidad” o “sostenibilidad” que, desde la perspectiva institucional y como lo plantea la Comisión Burtland (1987), implica el compromiso de todas las naciones por el mantenimiento del medio ambiente con la producción económica mundial y el consumo de energía que esto sostiene. Esta noción que comprende el complejo ejercicio de la “gestión ambiental”, ha abierto una amplia gama de actividades políticas, económicas, sociales y jurídicas que han llevado a la profundización de la discusión en el ámbito de las responsabilidades en cuanto a los límites de capacidad de deslindar los límites entre los intereses económicos y la subsistencia de las complejas cadenas ecológicas que por principios de evolución ambiental, dan pie a un equilibrio no plenamente comprendido por la cultura occidental.

Sin dejar de reconocer que el tema ‘medioambiental’ es en sí mismo de importancia esencial en los temas del desarrollo, es necesario reconocer que la responsabilidad por la devastación de las cadenas ecológicas del planeta corresponden en la misma medida a países industrializados y a los que están en vías de desarrollo. Lo anterior se relaciona con los principios de equidad y con el papel del gasto de energía que cada país genera, lo que nos lleva a asuntos de legislación y diplomacia que debe imperar para dar certidumbre a la calidad de vida de las generaciones futuras.

América Latina y México por ejemplo, como zona geográfica donde una gran cantidad de recursos materiales subsisten, ha iniciado un proceso de “institucionalización” de los programas que sobre medio ambiente auspicia Naciones Unidas a través de la Organización de Estados Americanos (OEA), donde se empieza a entender que la las actividades económicas de la humanidad en su conjunto ocasionan un impacto ambiental en escala asimismo mundial y que el deterioro del medio ambiente le otorga un rasgo especial a lo que, por ejemplo, la CEPAL (2002), denomina la tercera fase de la globalización:

Los imperativos adicionales y distintos de gestión ambiental global se han puesto de manifiesto en las diversas cumbres y conferencias mundiales en los acuerdos multilaterales ambientales que se celebraron y acordaron en los años noventa... (que)... han tenido dos efectos fundamentales: instar a los gobiernos a un desempeño internacional más proactivo, a fin de cooperar para proteger y administrar los bienes públicos globales sobre la base de esquemas multilaterales innovadores, y propiciar una mayor equidad en la distribución de las responsabilidades y costos para revertir los daños ambientales entre los Estados ricos y pobres... emergió un nuevo cuadro ético-político, que incluyó nuevos principios jurídicos en el ámbito internacional sobre el medio ambiente y el desarrollo. El más sobresaliente es el Principio 7 de la Declaración de Río sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, relativo a ‘las responsabilidades comunes pero diferenciadas’, en donde se reconoce implícitamente la deuda ambiental que los países desarrollados han adquirido con el resto de la comunidad internacional, tras haber sometido al medio ambiente a un conjunto de externalidades acumulativas y globales producto de su trayectoria de industrialización... En este contexto, la dimensión ambiental será cada vez más esencial como escenario de negociaciones entre América Latina y el Caribe y los países industrializados. Por la importancia de los servicios ambientales globales que provee, tales como el almacenamiento del dióxido de carbono (principal generador del cambio climático a través del efecto invernadero) en sus extensos bosques, y su enorme riqueza en biodiversidad terrestre y marina, la región tiene el potencial y la oportunidad de cumplir un papel fundamental en la solución de los problemas globales. CEPAL (2002).

Si atendemos a esta línea de razonamiento, estamos en el umbral de un marco de capacidad de negociación extraordinario ante las potencias industrializadas. Pero si se siguen reproduciendo los esquemas de subordinación y dependencia que han regido hasta ahora, y que la CEPAL soslaya de alguna manera, en sus análisis, es probable que se generen los mecanismos que perpetúen la explotación de los recursos naturales y ambientales a favor de los países industrializados.1

Es necesario que, desde la perspectiva latinoamericana se tenga una mirada autónoma y propia sobre los temas ambientales, por los temas que conllevan asuntos de áreas naturales, que implica a los indígenas que en ellas perviven, la cadena de artes y oficios que como procesos económicos y sociales conforman, y sobre todo que su conservación no a través de criterios puramente económicos, pues el hecho es que también en los gobiernos de la región opera un criterio de rentabilidad y de políticas ambientales con una debilidad notoria que permiten inferir la persistencia de fenómenos de corrupción ante el tráfico de diversas especies o que, al enfrentar marcos regulatorios y jurídicos mucho más consolidados por parte de la Comunidad Europea y los Estados Unidos, coloca a la región en un plano de evidente debilidad pues se adolece de la carencia de una política ambiental propia que, de nuevo, se torna de importancia estructural e imposibilita en gran medida –ahora por el fenómeno ambiental– el ascenso a un camino de desarrollo nacional y, mucho menos, de orden regional.

Desde hace diez años aproximadamente, en nuestro país dio inicio el marco institucional para dar solución a los crecientes problemas del medio ambiente, es necesario considerar que en lo fundamental y como apoyo filosófico al planteamiento del tema del desarrollo sustentable en el SNIT, la importancia de la revolución científico tecnológica que se ha creado a partir del aporte que están haciendo los planteamientos sobre el pensamiento complejo, la relación entre el ser humano, la biodiversidad, los elementos abióticos, la cultura, las costumbres, que ...“formas un solo sistema, biosocial, indivisible, el que cada la interconexión de sus elementos, sus daños y beneficios los impactan por igual...”2.

Los indicadores que plantea la propia CEPAL, nos advierten de la importancia que tiene el entrelazamiento de la economía con el medio ambiente y, sobre manera, de la incidencia que para la región tiene la riqueza biodiversidad que resalta el enorme aspecto de hará posible el acceso a nuevas etapas de desarrollo:

AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE:
INDICADORES AMBIENTALES SELECCIONADOS

(Tasas de crecimiento porcentual acumulado)

Indicadores físicos

1989/1980

1999/1990

Superficie agrícola arable
7.3
6.3 a/
Volumen de producción agrícola
26.8
28.3
Consumo total de fertilizantes
5.3
42.2 a/
Existencias de ganado
7.4
0.8
Volumen de producción de madera en rollo industrial
25.4
18.1 a/
Producción de leña y carbón
12.3
0.4 a/
Producción pesquera marina de captura
17.9 (1985 - 1990)
-24.3 a/
Producción pesquera marina de acuacultura
165.0 (1985-1990)
116.0
Volumen físico de la producción minera, incluido el petróleo
25.9
43.1
Volumen físico de la producción minera, excluido el petróleo
46.2
67.6
Emisiones de dióxido de carbono (CO2)
22.9
37.1
Emisiones de monóxido de carbono (CO)
23.5
28.4
Crecimiento porcentual acumulado de la población
21.93
17.0 b/
Incremento acumulado del producto interno bruto (en dólares)
13.95
33.22
Fuente:CEPAL, Anuario estadístico de América Latina y el Caribe, 2000 (LC/G.2118-P), Santiago de Chile, febrero de 2001. Publicación de las Naciones Unidas, No. De venta: S.01.II.G.1; y Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), “GEO. Estadísticas ambientales de América Latina y el Caribe”, San José de Costa Rica, Universidad de Costa Rica, 2001, en preparación.

a/ 199871990

 b/ 2000/1990

Es necesario redefinir los temas ambientales en función de proyectos de integración regional y del trabajo y el manejo de un bloque económico de cara a un intercambio comercial más que de competencia, como lo demuestran las cifras anteriores. Del buen uso de estos elementos dependerá la viabilidad en la salida o no del atraso, e incluso, a través de proyectos de la propia sociedad y el Estado que deben rebasar el ámbito nacional e instalarse —con el tiempo— en la lógica regional.

Asimismo, debemos avanzar en una clara concepción del desarrollo sustentable a partir de lo que ha sido el desarrollo del mundo y de las tendencias que se han configurado para los países en vías de desarrollo que, cierto es, no han alcanzado un alto desarrollo industrial pero, sin embargo, poseen un alto índice de recursos naturales que, cierto es también, no sabemos aprovechar racionalmente ni conocemos de su potencialidad económica, social y cultural, lo que implica desde luego, el comenzar a utilizar adecuadamente sus categorías, indicadores, etcétera.

Desde luego, esta visión representa un reto, pero además, implica una profunda reflexión acerca del modelo de desarrollo hasta ahora desplegado y que proviene de la llamada Revolución Industrial a fines del siglo XVIII y que, desde hace un par de décadas ha marcado un notorio declive con la crisis de los energéticos, de las excesiva explotación de las materias primas y en notorio deterioro de los términos del intercambio comercial que sufrimos al comerciar con las potencias del mundo industrializado.

b) Aproximaciones al campo
de acción y reflexión

Tal como se expresó en los resultados de la “Reunión Nacional” mencionada, el desarrollo sustentable ha avanzado hacia los siguientes campos de acción:

  • Ecológico
  • Institucional
  • Tecnológico
  • Económico

Creemos que en este sentido, los espacios de actividad profesional adquieren un campo de visualización más preciso y nos permiten delimitar los horizontes del campo de trabajo y razonamiento de la labor pedagógica en tal sentido. El desarrollo sustentable o sostenible se entiende así como un intento por la ...“transformación en los patrones de consumo y producción en dirección de la sustentabilidad... mucho más allá de las transformaciones tecnológicas en los procesos industriales que utilizan intensivamente los hidrocarburos o en los patrones de manejo de los recursos naturales renovables, ...teniendo como objetivo central al hombre, así como a la transformación de los sistemas económicos de mercado, para incluir nuevas concepciones sobre los derechos individuales y sociales.”3 De esta manera, naturaleza y sociedad se convierten en un objeto de estudio conjunto, donde deben desarrollarse procesos complejos en lo relativo a los bienes y servicios que se generan y donde medio ambiente y recursos naturales, se combinan para la generación de ese desarrollo sustentable.

Estamos así, frente a un hecho que es global y local simultáneamente, donde se articulan procesos políticos, sociales, biológicos, etc.; un campo multidisciplinario donde los elementos de análisis, diseño, instrumentación de políticas y de su propia teorización, adquieren un redimensionamiento y complejidad. Desde el ámbito de los cuerpos teóricos que han predominado en la producción científica como los son el positivismo lógico, el formalismo estructuralista y la teoría general de sistemas han estado presentes en la producción del saber científico, Leff (1998), pero poco coadyuvan a la creación del entendimiento de la ciencia en movimiento.

La influencia de los principios de la termodinámica —con el efecto de entropía— permiten conocer en mayor profundidad los elementos del orden del universo y el los principios de la evolución no sólo en términos de especies sino, en general de la evolución biológica del propio planeta y el orden no plenamente comprendido en cuanto a las cadenas ecológicas que sin duda alguna hemos afectado como especie que trascendió a las demás, al poder modificar el entorno natural.

Una pregunta que emerge desde la racionalidad ambiental se orienta a la larga historia del desarrollo de la ciencia y los principales postulados que propone. De Newton a la actualidad, mucha “agua ha corrido bajo el puente” y, por tanto, en la lógica de un desarrollo social y económico que ha tenido en diferentes grados de profundidad, su basamento en los logros de un método científico aplicado y ligado en buena medida a la lógica de la experimentación y del mundo fáctico, es necesario entender que corresponde como la sociedad a un mundo de jerarquías y autoridades que reclaman su verdad. La ciencia moderna y la revolución industrial son causa de la problemática ambiental y, en tal sentido como diría Weber (1982), son el significado y el significante de la necesidad que ha llevado a la construcción del propio conocimiento ambiental como hoy se lo conceptualiza.

Desde luego, el problema obedece a que los cuatro campos señalados arriba deben afrontar los siguientes procesos:

  • la explicación de las causas históricas de la degradación ambiental;
  • la capacidad de hacer un diagnóstico de lo específico de los llamados sistemas socio ambientales complejos, y
  • la capacidad de construir una racionalidad productiva fundada en el manejo integrado de los recursos, Leff (1998).

Lo que se está proponiendo en síntesis se liga con la conformación de una estrategia de desarrollo donde están integrados los procesos históricos, económicos, sociales y políticos que han dado cauce a la problemática ambiental, así como los procesos ecológicos, tecnológicos y culturales que permitirían un aprovechamiento productivo y sustentable de los recursos, (Leff, ídem, cap.2). Esta idea, por tanto, rebasa el esquema lineal y de corte positivista o neopositivista de pequeñas o grandes leyes descubiertas a través del método científico y entender que la ciencia de Newton está rebasada y el rumbo de racionalidad de la ciencia ahora, tiende a un razonamiento complejo y multidisciplinario.

c) Exploración del conocimiento ambiental
(racionalidad ambiental)

La construcción de un marco de racionalidad alternativo implica otros dos procesos. El primero, se liga a la aceptación de un problema que los enfoques tradicionales de la ciencia no han podido solucionar y que, por tanto, estamos enfrentado una serie de problemas que nos orillan a abrir nuestro esquema de pensamiento hacia una más amplia gama de conceptos y alternativas.

El segundo proceso se liga al acercamiento a los problemas como resultado de la interacción de muchos subprocesos donde es necesario general una categorización diferente y que nos permita en cierto grado una mayor capacidad de entendimiento, explicación y transformación del entorno. La idea también se entiende sí como una “estrategia epistemológica” pero en el campo muy amplio a que nos obliga el análisis de la interacción entre sociedad y naturaleza que, además, privilegia una lucha contra la ideología que reduce todo a problemas ecológicos o bien a la concepción del “funcionalismo sistémico”. Es posible plantear en este momento un fenómeno que en el SNIT no se ha planteado con sistematicidad y tiene que ver con la propia evolución de los institutos tecnológicos con relación a la evolución económica, política y social del propio país.

El SNIT ha crecido de manera sustancial desde su fundación el la década de los años 40, respondiendo por ello, a una fase muy importante del país que sirvió a la industrialización y a la de “sustitución de importaciones” —denominada también como de “desarrollo hacia adentro”— e implicó la necesaria consolidación de un tipo de egresado y, sobre todo de un profesional ligado a procesos productivos con un tipo de industria esencialmente mecanizado y de formación más bien técnica que tecnológica.

Ahora bien, a partir de 1982 la política económica del Estado mexicano cambió hacia un esquema de integración con el extranjero, de desregulación económica y flexibilidad laboral que replantearon, necesariamente, la organización de los procesos de producción, reorientando los medios y métodos en la formación de las fuerzas productivas y afectando sobre todo, las relaciones de producción, dado que la entrada creciente de empresas trasnacionales incrustadas en el terreno nacional a través de la instalación de empresas maquiladoras implicó un cambió esencial en el tipo de profesional que se requería, dado que el paso del campo de la electrónica y el orden administrativo se abrieron campo en la fabricación de computadoras, aparatos electrónicos y procesos de organización administrativa más complejos.

El instrumento fundamental para la preparación de los recursos humanos fue y sigue siendo la educación en todos sus niveles. Desde la noción de mirar en los estudiantes como recursos a “especializar” para algún tipo de tarea o bien para su “polifuncionalidad” en empresas donde se realizan variados tipos de labores, hasta la necesidad de contribuir a la generación de capital humano, con un tipo de formación más abarcador y consciente del entorno, han pasado varios momentos en los que el proceso educativo ha venido modificando su propia perspectiva, nos permite decir que ha llegado el momento de generar un salto cualitativo en la percepción del SNIT de sí mismo y, más ampliamente, de la relación que guarda con las políticas de Estado, de la estructura productiva, social y natural.

Al entrar al siglo XXI, con un campo laboral donde lo que predomina un renovado paradigma del desarrollo social, donde la economía, la política y la naturaleza empiezan a adquirir un peso específico e integrado, es necesario modificar los elementos cognitivos que involucran la práctica pedagógica y de investigación en el SNIT.

d) Conformación de escenarios
(misión y visión institucional)

Como sabemos, el escenario que involucra la actividad institucional del SNIT se concentra en todo el país. Este es su interés y objetivo ideal y, a partir de este marco de referencia general, se aspira a que a través de los subsistemas de Docencia, Investigación, Extensión, Vinculación así como el área de apoyo administrativo se desplieguen los procesos, subprocesos y las actividades institucionales que dan cuerpo al quehacer de las diversas áreas responsables de todo el SNIT. El sentido y su interpretación de la política educativa tecnológica corresponden al marco estratégico de una política de estado que es, además, social, con lo que encontramos la capacidad de articular el presente al futuro en un marco de congruencia y calidad técnico-administrativa.

De ahí que se pretenda —como parte de la misión— conducir, promover y apoyar a los Institutos Tecnológicos en el desarrollo de la docencia, la investigación, extensión, vinculación y administración que buscan una adecuada articulación y correspondencia entre los planes y programas de estudio, los programas de investigación congruentes con el desarrollo regional y del país, del mantenimiento y preservación de los valores culturales, la difusión de los logros académicos, científicos, tecnológicos, de las artes, el deporte, en las tareas de vinculación con los sectores productivo, social y científico, procurando, asimismo, una identificación, identificación e instrumentación de sistemas, métodos y procedimientos académicos y administrativos conforme a los lineamientos establecidos para la educación superior tecnológica.

Esta misión constituye el tránsito por donde se desenvuelven los procesos mencionados, y adquieren con ello una fórmula interpretativa que se traduce en la visión institucional donde las políticas, lineamientos y disposiciones aprobadas para la educación superior tecnológica sea difundida en los Institutos Tecnológicos por la Dirección General, con el fin de que las áreas del Sistema realicen adecuadamente las funciones sustantivas y de apoyo, en el marco de la equidad, la calidad, pertinencia y sustentabilidad.

Con ello, se busca el despliegue de todas las potencialidades a partir de los recursos humanos suficientes y eficientes, con vocación de servicio y apoyados con los medios tecnológicos necesarios y desarrollar procesos en las áreas y niveles de competencia, donde la finalidad es crear un área del conocimiento plenamente integrada a los nuevos espacios del quehacer científico. De acuerdo a la realidad actual de nuestro tiempo, donde la escala global parece predominar nuestro horizonte de visibilidad, requerimos trabajar en los parámetros que impone la creación de una cultura alternativa y que debe empezar en todos nuestros ámbitos de práctica humana.

La apuesta se construye a partir de la critica a la racionalidad instrumental que rige el conocimiento académico para trabajar a favor de construir una racionalidad alternativa, que se liga, por supuesto, al concepto de sustentabilidad, es decir, del llamado desarrollo sustentable.

e) Relación educación y sustentabilidad

El planteamiento como último apartado de este trabajo radica en la distinción entre forma y contenido en la formación docente en el tema de la sustentabilidad y su importancia en el proceso de enseñanza-aprendizaje en el SNIT. El primer elemento que surge de esta postura implica asumir la necesaria correlación de la problemática ambiental con el modelo de desarrollo implantado en el país y que este proceso puede ser asimilado y entendido desde varias disciplinas.

Si bien es mecánico hasta cierto punto este razonamiento, es importante destacar que el desarrollo y la evolución de la sociedad capitalista en su dinámica global, permite entenderla como una totalidad, la cual no es “..deducible de la dinámica de los elementos considerados aisladamente”, García (en Leff, 1994). La racionalidad ambiental, entendida en un sentido weberiano, implica la posibilidad de un nivel epistemológico donde se concentren todos los niveles y todas las disciplinas que involucran el análisis de dicha problemática, e involucra también una reconceptualización de la interdisciplinariedad.

Se plantea lo que Morin (1996), llama la “asociación combinatoria de elementos diferentes”, es decir, que permite construir un “sistema complejo”; acto de racionalidad que nos permite la formulación de un campo pedagógico con un vasto territorio para la academia, no sólo en el SNIT sino en un amplio campo de las instituciones educativas del país y del extranjero. La crisis del paradigma científico legado por el siglo XIX ha cambiado, sólo que pareciera que apenas nos estamos enterando y es una cuestión que debemos empezar a tratar con seriedad.

Los componentes de la realidad compleja se interrelacionan, sus funciones no son independientes y sus relaciones dan paso a lo que se llama la totalidad y que podría considerarse un sistema, pero un sistema con contradicciones dotado de totalidades que mantienen una organización, muestran las cualidades de ese sistema y su dinámica evolutiva, lo que permite armar la contextualización y la propia lógica explicativa del proceso ambiental en este caso, por lo que estamos en los umbrales de una percepción de la realidad natural y social de manera integral, en todas sus interacciones y capacidades que, efectivamente, tienden a la conjunción de un análisis inter y multidisciplinario.

Si bien la aproximación a los fenómenos ambientales permite un análisis de esta índole bajo una perspectiva de orden sistémica además, es necesario tener en cuenta que lo complejo, su propia conceptualización, se debe entender en dos órdenes. Primero, se ubica al hombre dentro del ámbito de la naturaleza, pero no para reducirlo, sino para incorporar una “epistemología de la complejidad” que sea útil y conveniente para el género humano, replanteando el concepto positivista de la ciencia —cuestionándolo a profundidad— y poniendo en el centro de la reflexión combatiendo los argumentos reduccionistas o bien aquellos que pretenden separar —dispersándolo— el conocimiento, (Morin, op.cit.)

Es preciso, no obstante, no caer en el enfoque “sistémico conformista” (Roitman, 2003), que piense el proceso educativo y por tanto social sobre bases biológicas, que sólo han llevado a situaciones de desigualdad humana y explotación económica y social, ya que, por otro lado, nos estamos enfrentando a la destrucción del son politikon es decir, que dentro de la realidad institucional de hoy día la política está perdiendo su centralidad y, con ello se diluye la capacidad de generación de políticas sociales por parte del Estado y, con ello, la desestructuración del proceso educativo.

Conclusiones

  1. Al evaluar el marco estratégico del quehacer institucional dentro del SNIT, encontramos que la planeación en general y la propiamente educativa, cuando responden a un objetivo verdaderamente institucional, se orienta en función del medio ambiente externo y del medio ambiente interno, social, cultural, natural, etc., donde se plantean, por un lado, las oportunidades y los riesgos que enfrenta el Sistema como tal, y, por el otro, las fortalezas y debilidades que tiene como reto en su fuero interno.
  2. Lo anterior, nos lleva a otra conclusión que consiste en determinar la postura estratégica que nos puede conducir a avanzar en el logro de nuestros objetivos, en la propia definición de las estrategias, que permiten la convalidación de las políticas, los planes, metas y la correspondiente evaluación de los resultados. En esto en sí es un proceso de planeación donde queden expresadas de manera operativa y detallada las actividades, la organización de la división de las funciones y la designación de las responsabilidades al personal encargado de algún proyecto, así como la definición de los recursos necesarios para llevarlo a cabo.
  3. Es necesario dentro del SNIT y en todas las instituciones de educación superior, rescatar la capacidad de critica y libertad de pensamiento, procurando frenar el poder autoritario, su imposición y generar fórmulas para desarticularlo. No dejarse avasallar y evitar las actitudes complacientes van en detrimento de la capacidad educativa y de la articulación de un pensamiento complejo, enriquecedor de vías democráticas e incluyentes dentro del quehacer académico. “El conocimiento desligado de su finalidad, contribuir al bien común, se transforma en un saber trivial", (Roitman, op.cit.)
  4. Finalmente, los docentes deben entender su papel operativo pero, asimismo, su carácter de productores y generadores de una forma de racionalidad alternativa, fuera de dogmas, abiertos a la noción de una realidad institucional, social y natural interrelacionada y compleja, donde se requiere con suma urgencia un cambio de actitud en términos de concepción sobre el uso de los recursos de todo tipo que hace del concepto de racionalidad ambiental una categoría clave para rediseñar el escenario tecnológico y científico por venir.

Bibliografía

  1. Barkin, David (1998). Riqueza, pobreza y desarrollo sustentable. México, Ed. Jus.
  2. CEPAL (2002). Globalización y desarrollo. Santiago de Chile.
  3. Comisión Burtland (1987). Nuestro futuro común. Madrid, Alianza Editorial.
  4. Esteva, Gustavo (1995). El nuevo ecologismo. México, Editorial Posada.
  5. Habermas, Jürgen (2001). Ciencia y técnica como “ideología”. Madrid, Tecnos.
  6. Leff, Enrique [Comp.] (1994). Ciencias sociales y formación ambiental. Barcelona, Gedisa.
  7. ____________ (1998). Ecología y capital. México, Siglo XXI-UNAM.
  8. ____________ (1998b). Saber ambiental. México, Siglo XXI-UNAM.
  9. Morin, Edgar (1996). Introducción al pensamiento complejo. Barcelona, Gedisa editorial, 6ª. Reimp.
  10. Prigogine, Ilya (2001). El fin de las certidumbres. Madrid, Taurus.
  11. Prigogine, Ilya e Stengers, Isabelle (1983). La nueva alianza. Madrid, Alianza Editorial.
  12. Roitman Rosenmann, Marcos (2003). El pensamiento sistémico. Los orígenes del social-conformismo. Siglo XXI-UNAM.
  13. SEMARNAP (1996). México, hacia el desarrollo sustentable. México.
  14. SEMARNAP (1999). Formulación de proyectos. México.
  15. Urquidi, Víctor L. (1996). México en la globalización. México, FCE.
  16. Varios autores (1995). Economía del medio ambiente. Santiago de Chile, Juan Ignacio Vargas editor.
  17. Wallerstein, Immanuel (1997). Abrir las ciencias sociales. Siglo XXI-UNAM.

Referencias acerca de las páginas en internet relacionadas con el tema:

  • www.wri.org: World Resource Institut.
  • www.worldwatch.org:
  • www.rafi.org: estudios de agricultura (transgénicos, etc.).
  • www.pnuma.org: página del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente. Incluye un link a Derecho y Políticas Ambientales, a la Unidad de Tecnología, Industria y Economía, con publicaciones, presentaciones y enlaces (turismo sustentable, cambio climático, energía, producción y consumo sustentable, producción limpia, ciudades sustentables, etc.), entre otros.
  • www.johannesburgsummit.org: página oficial de la Cumbre para el Desarrollo Sustentable, Johannesburgo, 2002.
  • www.ourplanet.com: página dedicada al Medio Ambiente y el Desarrollo Sustentable (inglés).
  • www.medioambiente.cu: portal de Medio Ambiente en Cuba. Incluye un diccionario especializado de términos ambientales.
  • www.casapaz.cl: página de ONG chilena especializada en Educación Ambiental y Participación Ciudadana. Incluye un link al portal ecoeduca con recursos didácticos educativos: www.ecoeduca.cl.
  • www.tierramerica.net: página de la publicación dedicada al Medio Ambiente y el Desarrollo.
  • www.unescoeh.org/unescoeh/manual/html/eanoformal.html: manual de Educación Ambiental No Formal. Material educativo.

Notas

[1] Como se ha venido observando en los años recientes, las formas de uso de la energía propias del sistema se mantienen partiendo de la presencia ahora unipolar que provoca la hegemonía de los Estados Unidos, se ponen en cuestión algunos procesos donde se requiere la democratización del orden Internacional y, por tanto, la salida del atraso en la región latinoamericana, por lo que sigue vigente seguir articulando los diversos proyectos de integración de políticas públicas en la región latinoamericana, porque es necesario percibir que en el mundo global, la articulación de las soluciones a los problemas deben ser, igualmente, globales.

[2] Semarnap 1999; Dirección General de Planeación, Formulación de Proyectos.

[3] Semarnap 1996; México, hacia el desarrollo sustentable. Bases de la transición, pp. 11-13

 

Odiseo, revista electrónica de pedagogía. Año 1, núm. 2. 15 de enero de 2004.
http://www.odiseo.com.mx/2004/01/03hernandez_sustentable.htm (ISSN 1870-1477).




 


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2004. Odiseo. Revista Electrónica de pedagogía. Publicación semestral.
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