Materiales curriculares

Raquel Pérez Serrano

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José Domingo Hidalgo Herrera

E-mail: elbarrio84@hotmail.com

Francisco Manuel García Ramírez

E-mail: franciscomanuel82@hotmail.com

Elisabeth Márquez Saá

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Según Pozuelos, F.J. y Romero, A. (2002) el término material curricular es de procedencia anglosajona. Recientemente se ha incorporado al vocabulario educativo español según San Martín (1995). Hasta entonces los únicos materiales cuniculares que existían en nuestro país, correspondían a los cuadernillos de trabajo que traían los libros de texto y a estos últimos.

Para continuar vamos a abordar varias definiciones de material curricular.

Según un pequeño debate expuesto en clase sobre qué es material curricular hemos extraído las siguientes conclusiones o ideas básicas de dicho concepto.

  • Material curricular, es todo recurso o material que ayuda al proceso de enseñanza-aprendizaje aportando contenidos. (dicho en clase por: Pozuelos, 2006)

  • Material curricular es todo aquello mediante el cual el alumno puede obtener información.

  • Material curricular es todo lo que tenga carga semántica o potencial educativo.

  • Una versión más restringida la encontramos en los documentos oficiales que únicamente reconocen como tal a “aquellos libros de textos y otros materiales editados que los profesores y alumnos utilicen en los centros docentes, para el desarrollo y aplicación de las enseñanzas de Régimen General” (RD 388/1992).

El término material curricular ha sufrido una evolución la cual pasamos a desarrollar.

En general y desde un primer punto de vista, libro de texto y material curricular, exceptuando algunas tentativas y producciones puntuales, apelaban a un mismo concepto.

Más tarde con los Movimientos de Renovación Pedagógica (M.R.P) y con la llegada de las nuevas corrientes teóricas se comienza a hablar de material curricular como todo recurso o medio variado y polivalente que favorece la intervención educativa sin suplantar al docente, es decir, “como muestras inspiradoras del trabajo de los profesores y facilitadotas del desarrollo de su autonomía”. (Atienza, 1994:12)

Blanco (1994) apunta que surgirán concepciones más amplias o más restringidas, entre ellas las que incluyen como material curricular toda la producción teórico-práctica en materia educativa. Y otras más restringidas que encontramos en los documentos oficiales que únicamente reconocen como tal a “aquellos libros de textos y otros materiales editados que los profesores y alumnos utilicen en los centros docentes, para el desarrollo y aplicación de las enseñanzas de Régimen General.”(RD 388/1992)

Como vemos, después de estudiar esta última definición, apreciamos como los materiales elaborados, pero no editados, por distintos colectivos con intención de adecuar la enseñanza a sus necesidades completas, quedan excluidos. El carácter impreso y publicado se subraya, con lo cual, el sentido formato libro rápidamente ocupa con la ayuda de las imágenes ya previamente asentadas, todo el espacio conceptual.

Una última conceptualización de material curricular es aquella que dice que estos materiales curriculares favorecen en el profesorado la reflexión y la toma de decisiones en diferentes momentos del proceso educativo.

En conclusión podemos decir que el material curricular más extendido por todo el mundo es el libro de texto debido, en parte, a las siguientes causas:

  • Hace visible la enseñanza, es decir, el estudiante puede consultar la información cuantas veces quiera, ya que ésta se encuentra recogida por escrito.

  • Por la tradición libresca, ya que encaja con nuestra cultura escolar, pedagógica de escuela tradicional, basada en el libro de texto.

  • Por la comodidad que ofrece para los docentes ya que éstos se remiten a dar lo que se encuentra en el libro y para toda la comunidad educativa porque de esta forma saben y controlan lo que se está enseñando en nuestras escuelas

  • Es un buen recurso de control para el profesor.

  • Presenta el conocimiento oficial.

  • Es de fácil acceso y manejo ya que éstos están adaptados a los docentes, alumnos/as y padres.

  • Sirve de herramienta para los docentes.

  • Es un producto comercial ya que existen grandes editoriales dedicadas al comercio de libros de texto.

Una vez que hemos tratado por encima los materiales curriculares tradicionales haciendo especial mención al libro de texto que corresponden con los técnicos, vamos explicar los materiales curriculares deliberativos.

Los materiales curriculares deliberativos se definen como un recurso abierto a la intervención decisiva del profesorado, pues su formato no permite su traslado automático al aula, ya que precisa de adecuaciones y decisiones que dependen tanto del contexto como de los sujetos implicados en el proceso.

El material deliberativo se caracteriza por su estilo flexible y “con una mayor variedad en la presentación de informaciones culturales y facilitadota de la actividad y la experiencia en conexión con los intereses y las significaciones que produce el entorno” (Martínez Bonafé, 1995:25)

En conclusión de lo expuesto hasta ahora, podemos decir que los libros de textos y los materiales alternativos no son dos categorías excluyentes sino que deben complementarse.

Para sintetizar las características de los materiales curriculares tratados hasta ahora hemos realizado un cuadro resumen donde quedan recogidas.

CARACTERÍSTICAS
Técnico Deliberativo
Experto—–>Profesor Experto<------>Profesor

  • Cerrados y acabados
  • Aplicables automáticamente
  • Homogeneidad
  • “A prueba de profesores”: poco sensibles a cambios.
  • Se persigue su consumo
  • Formación técnica de los docentes
  • Centrado en el producto

  • Abiertos y completables
  • “Implementadación”: necesitan ser adaptados.
  • Diversidad
  • “Experimental”: sufren transformaciones como efecto de su tratamiento en la practica.
  • Persiguen la autonomía
  • Formación reflexiva de los docentes.
  • Centrado en el proceso

Pozuelos, F.J. y Romero, A (2002)

A continuación vamos a realizar una serie de clasificaciones de los materiales curriculares.

Una de las posibles clasificaciones sería según su aplicación, donde podremos diferenciar entre técnicos y deliberativos explicados anteriormente y resumidos a continuación:

    • Técnico: Son aquellos que se aplican automáticamente, o dicho de otro modo son aquellos materiales con una mayor variedad en la presentación de informaciones culturales y facilitadoras de la actividad y la experiencia en conexión con los intereses y las significaciones que produce el entorno.

    • Deliberativo: Son aquellos que requieren de la participación sustantiva del docente, hay que adaptarlo, o dicho de otro modo, son los recursos abiertos a la intervención decisiva del profesorado pues su formato no permite su traslado automático al aula, ya que precisa de adecuaciones y decisiones que dependen tanto del contexto como de los sujetos implicados en el proceso.

La siguiente clasificación que hemos realizado sería en función de los contenidos, que podrían ser: disciplinares o interdisciplinares.

  • Disciplinares: Los materiales disciplinares son aquellos que se centran en un área de conocimiento concreta, lo que se suele conocer como asignaturas. Como por ejemplo, los libros de lenguaje, matemáticas, conocimiento del medio…etc.

  • Interdisciplinares: Los materiales interdisciplinares son aquellos que abordan distintas áreas de conocimiento, es decir, son integrados.

Otra de las clasificaciones que hemos creído oportuno nombrar es la que hace referencia a los usuarios, éstos pueden ser: familia, docente o alumnado.

  • Familia: Esta institución suele utilizar los materiales curriculares que anteriormente se han denominado como técnicos, es decir, son materiales cerrados y acabados, como el libro de texto.

  • Docente: Los docentes están capacitados para utilizar tanto los materiales técnicos como los deliberativos, aunque todavía se siguen centrando en los materiales técnicos por la comodidad que éstos proporcionan y que anteriormente hemos explicado.

  • Alumnado: El alumnado utiliza mayormente los materiales curriculares técnicos.

Los materiales curriculares se pueden clasificar también según el soporte: papel, audiovisual, digital o contextual.

  • Papel: Corresponde con los materiales curriculares tradicionales, como por ejemplo el libro de texto.

El material impreso puede emplear indistintamente códigos verbales e icónicos, del mismo modo que lo puede realizar el cine o la televisión (Escudero, 1983a).

  • Audiovisual y Digital: Estos materiales han tenido en los últimos años una gran difusión debido en parte a la inclusión de las nuevas tecnologías en el campo educativo. Son todo ese conjunto de recursos que predominantemente codifican sus mensajes a través de representaciones icónicas de un soporte eléctrico. La imagen es la principal modalidad simbólica a través de la que se presenta el conocimiento.

  • Contextual: Hace referencia a otros lugares donde se pueden adquirir conocimientos de tipo libresco, audiovisual…etc. estos lugares pueden ser: las bibliotecas, las instalaciones deportivas, el puerto. el mercado…etc.

Y la última clasificación que hemos encontrado es la que hace referencia al origen. Éste puede ser: comercial, promocional, reciclado y autoelaborado.

  • Comercial: Hace referencia a todo negocio que se dedique a la compre-venta de materiales curriculares, como pueden ser las editoriales.

  • Promocional: Con estos materiales hay que tener mucho cuidado ya que en un primer momento dicen que son para explicar o aclarar algún que otro tema, pero la mayoría de ellos llevan una segunda intención como la de adquirir futuros clientes. Un ejemplo de esto sería las promociones que hace Ausonia en los colegios.

  • Reciclado y autoelaborado: Son aquellos materiales curriculares que después de dar un uso original pueden ser utilizados mediante un reciclado o cambio para realizar una segunda función y que son elaborados bien por los maestros o por los alumnos.

Llegados a este punto hemos tratado de abordar lo más objetivamente posible los límites y las posibilidades que nos ofrecen el mercado y los materiales curriculares.

Los materiales curriculares en general y los libros de texto en particular constituyen, además de un objeto cultural, un producto de mercado que produce muchos beneficios económicos y de poder (Apple, 1989, Torres, 1989).

En definitiva, esta clasificación de materiales curriculares a la que nos hemos referido, muchas de ellas por su propia naturaleza no podrían se considerados como medios de enseñanza, sino solamente como material escolar o del alumnado, pero cuando los elementos de esta clasificación son utilizados en un contexto de enseñanza con la finalidad de producir un aprendizaje en los alumnos, si pueden ser considerados como materiales curriculares.

Apoyándonos en Pozuelos, F.J. y Romero, A. (2002) hemos querido abordar un tema que actualmente se encuentra muy de actualidad en nuestra comunidad autónoma, que es la gratuidad de los libros de textos en los centros escolares.

En la actualidad hay una creciente presión hacia la gratuidad de los libros de textos, con lo cual el beneficio se dispararía y el control de ciertas empresas se consolidaría. En este tema compartimos opinión con Pozuelos, F.J. y Romero, A. (2002), que consideran que más que manuales gratis lo que debería promoverse es la suficiente financiación para que los centros y los docentes actualicen y amplíen los recursos existentes.

El hecho que los libros fueran adquiridos gratuitamente beneficiaria aquellos que promueven la educación según la lógica de mercado y la privatización de la enseñanza como “principio de calidad”. Este interés por la incursión de las empresas en la escuelas alcanzan en ciertos lugares de Estados Unidos unos límites francamente poco legítimos, comenta Apple (1993), como en algunos institutos de zonas desfavorecidas, los canales comerciales ávidos de captar la atención de audiencia regalan televisores y videos a las aulas escolares con la condición de que sus programas “educativos” sean visto durante un determinado periodo del día, la finalidad no es otra que “instruir la mirada” y ganar fidelidad.

El beneficio no solo tiene que ver con lo económico también se relaciona con el control cultural y la legitimación de un estilo de vida. En los distintos textos y materiales curriculares comerciales más generalizados comprobamos la transmisión de un modelo cultural interesado, que legitima un modelo de sociedad que se basa en ciertos comportamientos y desecha otros.

Otro aspecto que tenemos que destacar, es que las editoriales que producen los libros de textos y las agencias oficiales que los autorizan, invierten poco en investigar el uso y efecto de los manuales en el aprendizaje escolar y el desarrollo de los docentes. “no se sabe de ninguna editorial que vincule su producción de libros de textos a los resultados de las investigaciones de ningún grupo científico” (Martínez Bonafé, 2002:37).

En la sociedad de la información las tecnologías, por ejemplo, tratan de abrirse camino con el pretexto de promocionar la calidad de la educación. “tal y como las editoriales comerciales han hecho en el pasado, las empresas de ordenadores consideran las escuelas como uno de sus principales mercados” (Popkewitz, Pitman y Barry, 1998:29).

En nuestra opinión los libros de textos deben ser gratuitos para los centros, es decir, los libros tienen que estar en el centro como un medio de consulta tanto del profesor como de los alumnos. Con esto queremos decir que no tiene porque tener cada niño un libro, sino que hubiera un número suficiente y de distintas editoriales por aula para que no hubiera problemas a la hora de realizar dichas consultas. Con esta medida pensamos que podríamos aunar nuestra cultura libresca y tradicional con una más alternativa como puede ser la integración del currículum.

Para continuar hemos creído necesario diferenciar los aspectos positivos y negativos de los libros de texto, al ser éste el más utilizado.

Los aspectos positivos que hemos extraído son los siguientes:

  • Presentan la información ordenada y adaptada a una cierta edad.

  • En ciertos momentos son muy fáciles de encontrar (fácil acceso).

  • Imprimen seguridad en los docentes y en toda la comunidad educativa.

  • Economizan esfuerzos, formación, etc.

  • Facilitan la intervención de la familia (mayor participación y calidad educativa) y formación.

  • Difunden un conocimiento que de otra forma sería imposible (actualmente cada vez menos).

  • Son llamativos y atractivos.

Y los aspectos negativos son los siguientes:

  • Presentan muchos “errores”.

  • Tienen una estructura cerrada y definitiva.

  • Uniformizan la cultura y reducen el aprendizaje a la reproducción memorística del conocimiento libresco.

  • Presentan el conocimiento fragmentado, es decir, fuera de la realidad de las personas.

  • Sus actividades son muy rutinarias

  • Reducen la tarea del docente (maestro) a ejecutor de textos.

  • Conllevan un gran coste económico.

  • Presentan actividades individuales, homogéneas y repetitivas para todo el colectivo.

  • La organización que se hacen de las actividades planteadas no guardan relación entre ellas.

  • Las actividades no buscan o promueven el interés de los estudiantes ni abren la posibilidad de rastrear información en otros espacios y lugares.

Hoy en día se esta abogando más por el uso de materiales curriculares más flexibles, distintos y variados, con el propósito de ampliar la oferta educativa en los centros y aulas, pero lógicamente esta incorporación plural y formativa, cuenta con algunas limitaciones y dificultades.

Freinet, desde 1924 se implicó en la búsqueda y elaboración de materiales alternativos. Zurriaga y Hermoso (1994) nos recuerdan como encontrar materiales que fueran capaces de sustituir al libro de texto como único instrumento de trabajo en las aulas, fue una de las aportaciones más importantes e interesantes del movimiento freinetiano.

Similar impacto han producido los materiales sensoriales de María Montessory, hoy muchos de ellos asentados con toda naturalidad en la mayoría de las aulas de educación infantil.

Como apunta Estebaranz (1995:290), “trabajar con un solo tipo de recursos limita la posibilidad de experiencia y de ampliación de integración de aprendizajes”.

Tenemos que decir que los textos han recibido desde los enfoques alternativos reiteradas críticas que han terminado por minar su hegemonía excluyente en el discurso escolar. Esto no quiere decir, que las posiciones innovadoras desprecien los libros de textos y su utilización en la enseñanza, sino que plantea hacer una nueva interpretación de este material de forma que se incorpore, junto a otros, para ayudar al tratamiento de los aprendizajes, pues como afirmaba Dewey (1918:80) “no quiere decir que el libro de texto deba desaparecer, sino que cambie su función.

Para la elaboración de materiales alternativos, novedosos e innovadores requiere de una inversión de tiempo personal y profesional tan desmesurado que hace que la experiencia sea insostenible durante un tiempo suficiente.

es necesario suponer de un centro de recursos que pueda ser utilizado libremente por el alumnado y los profesores en función de sus necesidades. Circunstancias que aunque factibles, supone introducir una organización en los centros que en la administración, y los enseñantes se encuentran en disposición temporal de llevar a cabo con los apretados horarios que se tienen que cubrir” (Hernández y Sancho, 1989:82.)

Conclusiones

Con la elaboración de este capítulo del segundo proyecto de trabajo, hemos sabido distinguir lo que es material curricular de lo que no lo es, ya que como creíamos en un principio todo lo que ayuda a la realización de la clase no es material curricular, ya que según comentó Pozuelos en clase, material curricular, es “todo recurso o material que ayuda al proceso de enseñanza-aprendizaje aportando contenidos”.

Además de esto, también somos capaces de distinguir entre los distintos tipos o modalidades de materiales curriculares que existen, aunque nos hemos centrado con mayor auge en el libro de texto, el cual, es el rey de nuestra cultura educativa por una serie de causas, como la tradición libresca que nos precede…etc.

En definitiva, hemos aprendido a distinguir entre material curricular y material escolar o del alumnado. Además de conocer las distintas clasificaciones que se pueden hacer de dicho término.

Bibliografía

  • APPLE, M. (1989). Maestros y textos. Madrid. Paidós- MEC.

  • ATIENZA, J.L. (1994). Materiales curriculares ¿Para qué? Signos. Teoría y Práctica de la Educación. 11,12-22.

  • ESCUDERO, (1983a). En AREA, M. (S/F) Los medios de enseñanza: conceptualización y tipología (www.quadernsdigitals.net) PDF

  • MARTÍNEZ, BONAFÉ, J. (1992). Materiales curriculares: otros materiales otra escuela. Monográfico: tema del mes. Cuadernos de Pedagogía, 203, 7-22.

  • POZUELOS, F. J. y ROMERO, A. (2002). Los materiales curriculares y su papel en el currículum. Hacia un planteamiento flexible e integrador. En Decidir sobre el Currículum. Distribución de competencias y responsabilidades. Morón (Sevilla). Cooperación Educativa. Publicaciones MCEP.

Sobre los autores:

Raquel Pérez Serrano

E-mail: Rakelps1@hotmail.com

José Domingo Hidalgo Herrera

E-mail: elbarrio84@hotmail.com

Francisco Manuel García Ramírez

E-mail: franciscomanuel82@hotmail.com

Elisabeth Márquez Saá

E-mail: elisupernena23@hotmail.com

Currículum: Todos los autores/as somos diplomados/as en magisterio, especialidad en Educación Física y estudiantes de Psicopedagogía.

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